Una muy buena forma de minimizar el impacto de un virus, tanto a nivel corporativo como particular, es restaurar las copias de seguridad de nuestra información.
Realizar copias periódicas y frecuentes de nuestra información más importante es una magnífica política de seguridad. De esta manera, una pérdida de datos, causada por ejemplo por un virus, puede ser superada mediante la restauración de la última copia.